1 ago 2012

Sensaciones amaneciendo


Me levanté y sentí el vacío,
quisiera decir que no se qué pasa,
mas es simple: te extraño;
te extraño aún en los lugares donde no has estado
y mucho más en los que sí,
te extraño en cada parte de mí
excepto en mi mente,
excepto en mi corazón,
te mentiría si dijera que saliste de ellos,
sería mentir el decir
que ya no te pienso,
que ya no te quiero;
ando por las calles
recordando si las caminé contigo,
si nos sentamos aquí o si reímos allá,
es cierto, las calles siguen igual
pero es como si cada faro hubiese sido apagado,
todo es penumbra,
si aún puedo andarlas es gracias
al poco de luz que hay de ti en mí
pero que es débil si estás lejos;
me haces falta, demasiada falta
de una manera muy peculiar
porque al mismo tiempo sigues
en la música antes de dormir,
en la foto en la que sonreímos,
en el césped, bajo un árbol,
en la butaca del cine, una de la orilla,
en la acera frente a la escuela,
en la terminal, en la puerta de tu fac,
en los peluches del sanborns,
en las tiendas de ropa,
en los desayunos del sábado por la mañana,
en el malhumor del metrobús,
en el atole del IMSS,
en mi cuarto,
en el orejón que me mira,
en los mensajes y llamadas que terminaban con el sueño,
en las galletas del sueño,
en cada sitio estás conmigo,
en cada uno eres ausencia,
te extraño y ya no puedo,
no puedo deshacerme de la duda
de si me extrañaras igual,
si también vives en penumbras,
si tu mundo se tornó igual gris,
si al levantarte sientes un vacío…

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