Me
levanté y sentí el vacío,
quisiera
decir que no se qué pasa,
mas es
simple: te extraño;
te
extraño aún en los lugares donde no has estado
y mucho
más en los que sí,
te
extraño en cada parte de mí
excepto
en mi mente,
excepto
en mi corazón,
te
mentiría si dijera que saliste de ellos,
sería
mentir el decir
que ya
no te pienso,
que ya
no te quiero;
ando
por las calles
recordando
si las caminé contigo,
si nos
sentamos aquí o si reímos allá,
es
cierto, las calles siguen igual
pero es
como si cada faro hubiese sido apagado,
todo es
penumbra,
si aún
puedo andarlas es gracias
al poco
de luz que hay de ti en mí
pero
que es débil si estás lejos;
me
haces falta, demasiada falta
de una
manera muy peculiar
porque
al mismo tiempo sigues
en la música
antes de dormir,
en la
foto en la que sonreímos,
en el césped,
bajo un árbol,
en la
butaca del cine, una de la orilla,
en la
acera frente a la escuela,
en la
terminal, en la puerta de tu fac,
en los
peluches del sanborns,
en las
tiendas de ropa,
en los
desayunos del sábado por la mañana,
en el
malhumor del metrobús,
en el
atole del IMSS,
en mi
cuarto,
en el orejón
que me mira,
en los
mensajes y llamadas que terminaban con el sueño,
en las
galletas del sueño,
en cada
sitio estás conmigo,
en cada
uno eres ausencia,
te
extraño y ya no puedo,
no
puedo deshacerme de la duda
de si
me extrañaras igual,
si
también vives en penumbras,
si tu
mundo se tornó igual gris,
si al
levantarte sientes un vacío…
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