La fatídica
gota golpea incesantemente,
aunque no
sé bien que significa fatídica,
pero algo
en la gota me dice que le va bien,
nada
está bien por aquí,
la
lista de pendientes aumenta
de
manera proporcional lo hace mi antipatía,
sé que
no está bien
que no
debo permitirlo,
pero la
realidad es que estoy peor de lo que imaginas,
probablemente
estoy peor de lo que yo mismo creo,
pero
sigo en pie y sigo buscando
gracias
a tu recuerdo y a mi esperanza,
“si una
persona entra en una habitación
y sabe
que está oscura
es
porque ha visto la luz”
y tú en
mi vida eres la luz,
tu
recuerdo son esos rayos
que
alcanzan a cruzar las nubes grises
las que
han decorado apropiadamente mi ánimo,
tu recuerdo
me alcanza para sonreír,
aunque
luego me sumerja en el dolor hasta las orejas
para
que ya no pueda oírte, tocarte, besarte,
es
entonces mi esperanza quien me ayuda a salir
me
lleva hasta lo más alto
allá
desde donde puedo escribirte, planear, soñarte, orar por ti,
aunque
hay días que se me evapora la esperanza y llueve,
pero de
entre la lluvia vuelve tu recuerdo
incesante
como la gota
golpea
una y otra vez
y no
tengo defensa contra tu recuerdo
ni
planeo tenerla nunca
para tu
recuerdo y para ti
no
tengo más que los brazos abiertos
y
abierto también tengo el corazón,
y
aunque eso suena más a sangre y sacrificio
al
final eso también es parte del amor.