Quisiera
cerrar los ojos
y ya no
sólo creer
que
tienes un te amo escondido
que lo
guardas celosamente
para
decirlo cuando menos espere
cuando
menos piense que lo dirás,
o que
lo gritarás
tan
estridente por haberlo guardado
por
tanto y tanto tiempo;
quisiera
cerrar los ojos
y ya no
sólo creer
que
sonríes tiernamente
mientras
acaricias mi cabello
mientras
juego en tus brazos,
que me
abrazaras cálidamente
y no me
soltarás
por
haber pasado tanto tiempo distantes
que
sacaras cada reserva de aire
para después
llenar mis pulmones
con la
pureza de tu amor;
quisiera
cerrar los ojos
y ya no
sólo creer
que tus
dulces labios
recorren
mi rostro suavemente,
que
buscan insaciables
ansiosos
de estrechar los míos
porque
se han hecho falta,
entreabriéndose
ambos
dejando
que las almas se vuelvan uno
a través
de la garganta,
uno en
cada exhalación;
quisiera
cerrar los ojos
y ya no
sólo creer,
creer
ya no basta
quiero
estar seguro
que tus
respiración se acopla a la mía,
que tu
cabeza descansa en mi hombro,
que mis
manos inquietas
inventan
tu rostro bajo mis dedos
mientras
beso tu frente
y te
digo en mi mal francés:
“bonne
nuit”
y con
los ojos ya cerrados
me
pierdo en el sueño.