18 ene 2013

Sombra gris


Que enormes ganas de dejar de crear
y en consecuencia lentamente dejar de existir,
permitir que Sabines o Gian Franco
sean quienes a través de sus poemas
te recuerden cuan mal estoy sin ti;
maldita y latente tentación
de dejar que Morrison u Oceransky
nota tras nota te hagan oír
que aún te amo, que sigo amándote;
dejar que sea una voz ajena
la que exprese sin miedo lo que llevo dentro
sin mi miedo…
mientras yo, volverme una sombra gris,
una de tantas que recorren la ciudad,
una mota más a la gran mancha
sin sueños, sin ilusiones
viviendo una vida sin vida,
escuchando música sin sentirla,
leyendo sin poder imaginar,
escribiendo poesía sin amar,
olvidando buscar inspiración
en lo más oscuro de la noche,
en los más recóndito del cielo,
en el brillo de la luna, de tus ojos;
abandonando por completo el color,
escondiéndolo en un pequeño rincón de la mente
donde alguna vez te encerré en literatura
donde creé un mundo sólo para ti,
allí donde, sin duda, no existe el gris. 

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